viernes, 29 de agosto de 2008

Popol Vuh


Creación del Mundo y los Primeros Intentos por crear a los Hombres.

El Popol Vuh relata la inexistencia del mundo hasta que el creador y formador decidió generar la vida. La intención era que sus propias creaciones le pudieran hablar y agradecer por la vida. Primero crearon la Tierra, después los animales y, finalmente, los hombres. Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran creador y formador decidió extraerlos de la madera.


''Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión. No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo. No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gugumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gugumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la claridad en acción del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxa-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gugumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
-¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe el espacio, que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra:
- ¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gugumatz, diciendo:
-¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chípi-Caculhá, Raxa-Caculhá!
-Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua..
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.
Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles (víboras), guardianes de los bejucos.
Y dijeron los Progenitores:
-¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron enseguida. Al punto fueron creados los venados y las aves. En seguida les repartieron sus moradas los venados y a las aves:
-Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos. Aquí estarás entre la maleza, entre las hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro pies andaréis y os tendréis. Y así como se dijo, así se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores:
-Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis en las ramas de los árboles y de los bejucos. Así les fue dicho a los venados y a los pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales de la tierra.
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y Formador y los Progenitores:
-Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno. Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
-Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá, el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos!, les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y graznaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se dijeron entre sí:
-No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien, dijeron entre sí los Progenitores. Entonces se les dijo:
-Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habitación y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes nos adoren, haremos otros seres que sean obedientes. Vosotros, aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán trituradas. Así será. Ésta será vuestra suerte. Así dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequeños y grandes que hay sobre la faz de la tierra.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre por el Creador, el Formador y los Progenitores.
-¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la aurora; ¡hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten. De este modo hicieron a los seres humanos que existen en la tierra. ‘‘

Hunahpú e Ixbalanqué




Los Dioses Gemelos: Hunahpú e Ixbalanqué

El Popol Vuh también relata las hazañas de Los Dioses Gemelos: Hunahpú e Ixbalanqué, que descendieron a Xibalbá (inframundo) y vencieron a los Ajawab, y se convirtieron en el Sol y la Luna.

''Cuando llegó el día de su nacimiento, dio a luz la joven que se llamaba Ixquic; pero la abuela no los vio cuando nacieron. En un instante fueron dados a luz los dos muchachos llamados Hunahpú e lxbalanqué. Allá en el monte fueron dados a luz.
Luego llegaron a la casa, pero no podían dormirse.
-¡Anda a botarlos afuera!, dijo la vieja, porque verdaderamente es mucho lo que gritan. Y en seguida fueron a ponerlos sobre un hormiguero. Allí durmieron tranquilamente. Luego los quitaron de ese lugar y los pusieron sobre las espinas.
Ahora bien, lo que querían Hunbatz y Hunchouén era que murieran allí mismo en el hormiguero, o que murieran sobre las espinas. Deseábanlo así a causa del odio y de la envidia que por ellos sentían Hunbatz y Hunchouén.
Al principio se negaban a recibir en la casa a sus hermanos menores; no los conocían y así se criaron en el campo. Hunbatz y Hunchouén eran grandes músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y necesidades y pasaron por muchas penas, pero llegaron a ser muy sabios. Eran a un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores; todo lo sabían hacer.
Tenían noticia de su nacimiento y sabían también que eran los sucesores de sus padres, los que fueron a Xibalbá y murieron allá. Grandes sabios eran, pues Hunbatz y Hunchouén y en su interior sabían todo lo relativo al nacimiento de sus hermanos menores. Sin embargo, no demostraban su sabiduría, por la envidia que les tenían, pues sus corazones estaban llenos de mala voluntad para ellos, sin que Hunahpú e lxbalanqué los hubieran ofendido en nada.
Estos últimos se ocupaban solamente de tirar con cerbatana todos los días; no eran amados de la abuela ni de Hunbatz, ni de Hunchouén. No les daban de comer; solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos, Pero no se enojaban, ni se encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban cuenta de todo con claridad. Traían sus pájaros cuando venían cada día, y Hunbatz y Hunchouén se los comían, sin darle nada a ninguno de los dos, Hunahpú e lxbalanqué.
La sola ocupación de Hunbatz y Hunchouén era tocar la flauta y cantar.

martes, 19 de agosto de 2008

In Xóchitl In Cuícatl


La flor y el canto

Anónimo de Chalco.

Brotan las flores,

están frescas, medran, abren su corola.

De tu interior salen las flores del canto:

tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.


Mi poema

Totoquihuatzin,


Yo perforo esmeraldas,

yo oro estoy fundiendo:

¡Es mi canto!

En hilo ensarto ricas esmeraldas:

¡Es mi canto!


Eterna vida de poesía

Tochihuitzin,

Cual un canto habéis vivido,

cual una flor habéis brotado,

oh príncipes.

Yo soy Tochihuitzin que dejé la grama:

¡aquí va el sartal de mis flores!


Sueño de palabras

Tecayehuatzin

¡Amigos, favor de oír este sueño de palabras!:

en tiempo de primavera

nos da vida el áureo brote de la mazorca:

nos da refrigerio la roja mazorca tierna,

pero es un collar rico el que sepamos

que nos es fiel el corazón de nuestros amigos.


La amistad

Tecayehuatzin
Cual pluma de quetzal,

fragante flor,

la amistad se estremece:

como plumas de garza, e

n galas se entreteje.

Un ave que rumora cual cascabel

es nuestro canto:

¡que hermoso lo entonáis!

Aquí, entre flores que nos forman valla,

entre ramas floridas

los estáis cantando.



Nezahualcóyotl

Soy rico,

Yo, el señor Nezahualcóyotl.

Reúno el collar,

Los anchos plumajes de quetzal,

Por experiencia conozco los jades,

¡son los príncipes amigos!

Me fijo en sus rostros,

Por todas partes águilas y tigres,

Por experiencia conozco los jades,

Las ajorcas preciosas…



Nezahualcóyotl


Solamente él,

El Dador de la Vida.

Vana sabiduría tenía yo,

¿Acaso alguien no lo sabía?

¿Acaso alguien?

No tenía yo contento al lado de la gente.

Realidades preciosas hacer llover,

De ti proviene tu felicidad,

¡Dador de la vida!

Olorosas flores, flores preciosas,

Con ansia yo las deseaba,

Vana sabiduría tenía yo…



Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:

¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?

Nada es para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.

Aunque sea de jade se quiebra,

Aunque sea de oro se rompe,

Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.

No para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.



¿ A dónde iremos donde la muerte no existe?

Mas, ¿por esto viviré llorando?

Que tu corazón se enderece:

Aquí nadie vivirá por siempre.

Aun los príncipes a morir vinieron,

Los bultos funerarios se queman.

Que tu corazón se enderece:

Aquí nadie vivirá para siempre.




Por fin lo comprende mi corazón:

Escucho un canto,

Contemplo una flor:

¡Ojalá no se marchiten!


viernes, 15 de agosto de 2008

Nacimiento de Hitzilopochtli


NACIMIENTO DE HUITZILOPOCHTLI

Mucho honraban los Mexicas a Huitzilopochtli; sabían ellos que su origen, su principio fue de esta manera: En Coatepec, por el rumbo de Tula, había estado viviendo, allí habitaba una mujer de nombre Coatlicue. Era madre de los Cuatrocientos surianos (del Sur) y de una hermana de estos de nombre Coyolxauhqui.
Y esta Coatlicue allí hacía penitencia, barría tenía a su cargo el barrer, así hacía penitencia, en Coatepec, la Montaña de la Serpiente, y una vez, cuando barría Coatlicue, sobre ella bajo un plumaje, como una bola de plumas finas en seguida lo recogió Coatlicue, lo colocó en su seno.
Cuando termino de barrer, buscó la pluma, que había colocado en su seno, pero nada vio allí.
En ese momento Coatlicue quedó encinta. Al ver los cuatrocientos surianos que su madre estaba en cinta, mucho se enojaron, dijeron: “¿Quien le ha hecho esto?. ¿Quien la dejó encinta? Nos afrenta, nos deshonra”. Y su hermana Coyolxauhqui les dijo: “Hermanos, ella no ha deshonrado, hemos de matar a nuestra madre, la perversa que se encuentra ya encinta. ¿Quien le hizo lo que lleva en el seno?”
Cuando supo esto Coatlicue, mucho se espantó, mucho se entristeció. Pero su hijo Huitzilopochtli, que estaba en su seno, le confortaba, le decía: “No temas yo se lo que tengo que hacer”.
Y cuando finalmente estuvieron de acuerdo, estuvieron resueltos los 400 surianos a matar, a acabar con su madre, luego se pusieron en movimiento, los guiaba Coyolxauhqui. Iban bien robustecidos, ataviados, guarnecidos para la guerra…
Luego se pusieron en movimiento, iban en orden, en fila, en ordenado escuadrón los guiaba Coyolxauhqui.
(Y cuando por fin el ejército asciende a la cumbre del monte sagrado ocurre el milagro)
En ese momento nació Huitzilopochtli, se vistió sus atavíos, su escudo de plumas de águila, sus dardos, su lanzadardos azul, el llamado lanza dardos de turquesa, se pintó su rostro… Y uno de sus pies, el izquierdo, era enjuto, llevaba una sandalia cubierta de plumas…
Y el llamado Tochancalqui, puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiucoatl, que obedecía a Huitzilopochtli.Luego con ella hirió a Coyolxauhqui, le cortó la cabeza, la cual vino a quedar abandonada en la ladera de Coatepec, montaña de la serpiente. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo, cayó hecho pedazos, por diversas partes cayeron sus manos, sus piernas, su cuerpo. Entonces Huitzilopochtli se irguió, persiguió a los 400 surianos los fue acosando, los hizo dispersarse desde la cumbre de Coatepec, la montaña de la culebra.
En vano trataban de hacer algo contra él, al son de los cascabeles y hacían golpear sus escudos. Pero ellos mucho le rogaban, le decían: “¡Basta ya!”. Pero Huitzilopochtli no se contentó con eso, con fuerza se ensañaba contra ellos. Los perseguía. Solo unos cuantos se pudieron escapar de su presencia pudieron liberarse de sus manos. Se dirigieron hacia el sur, porque se dirigieron hacia el sur se llaman 400 surianos…
Y cuando Huitzilopochtli le hubo dado muerte, cuando hubo dado salida a su ira, les quito sus atavíos, sus adornos, su anuecúyotl, se los puso, se los apropió los incorporó a su destino hizo de ellas sus propias insignias.
A él lo veneraban los mexicas, le hacían sacrificios, lo honraban y servían. Y Huitzilopochtli recompensaba a quien así oraba. Y su culto fue tomado de allí de Coatepec la montaña de la Serpiente, como se practicaba desde los tiempos antiguos.

dice Florentino Lib III Cap. 1

jueves, 14 de agosto de 2008

Bienvenida


Amigos, bienvenidos a Inxóchitl Incuícatl, este es un espacio consagrado a la amistad, es el punto cardinal en donde coinciden la flor y el canto.

Este espacio fue diseñado para que sea nuestro lugar de encuentro académico, pero más que eso, deseo que sea un espacio en el que podamos coinidir todos los que tengamos afición por la palabra, por las letras.

A partir de hoy, ¡A disfrutar!

Nuevamente, ¡Bienvenidos!

Juan Manuel

Cosmovisión náhuatl


Los cinco Soles

1. Se refería, se decía que así hubo ya antes cuatro vidas, y que ésta era la quinta edad.
2. Como lo sabían los viejos, en el año 1 Conejo se cimentó la tierra y el cielo. Y así lo sabían, que cuando se cimentó la tierra y el cielo, habían existido ya cuatro clases de hombres, cuatro clases de vidas. Sabían igualmente que cada una de ellas había existido en un Sol [una edad]. Y decían que a los primeros hombres su dios los hizo, los forjó de ceniza. Esto lo atribuían a Quetzalcóatl, cuyo signo es 7 Viento, él los hizo, él los inventó.
3. El primer Sol [edad] que fue cimentado, su signo fue 4 Agua, se llamó Sol de Agua. En él sucedió que todo se lo llevó el agua. Las gentes se convirtieron en peces.
4. Se cimentó luego el segundo Sol [edad]. Su signo era 4 Tigre. En él sucedió que se oprimió el cielo, el Sol no seguía su camino. Al llegar el Sol al mediodía, luego se hacía de noche y cuando ya se oscurecía, los tigres se comían a las gentes. Y en este Sol vivían los gigantes. Decían los viejos que los gigantes así saludaban: “no se caiga usted”, porque quien se caía, se caía para siempre.
5. Se cimentó luego el tercer Sol. Su signo era 4 Lluvia. Se decía Sol de Lluvia [de fuego]. Sucedió que durante él llovió fuego, los que en él vivían se quemaron. Y durante él llovió también arena. Y decían que en él llovieron las piedrezuelas que vemos, que hirvió la piedra tezontle y que entonces se enrojecieron los peñascos.
6. Su signo era 4 Viento, se cimentó luego el cuarto Sol. Se decía Sol de Viento. Durante él todo fue llevado por el viento. Todos se volvieron monos. Por los montes se esparcieron, se fueron a vivir los hombres-monos.
7. El Quinto Sol: 4 Movimiento su signo. Se llama Sol de Movimiento, porque se mueve, sigue su camino. Y como andan diciendo los viejos, en él habrá movimientos de tierra, habrá hambre y así pereceremos.
8. En el año 13 Caña, se dice que vino a existir, nació el Sol que ahora existe. Entonces fue cuando iluminó, cuando amaneció, el Sol de Movimiento que ahora existe. 4 Movimiento es su signo. Es éste el quinto Sol que se cimentó, en él habrá movimiento de tierra, en él habrá hambres.



Origen del Sol y la Luna

Nanahuatzin y Tecuciztécatl


Decían que antes que hubiese día en el mundo que se juntaron los dioses en aquel lugar que se llama Teotihuacan, que es el pueblo de San Juan, entre Chiconauhtlan y Otumba; dijeron los unos a los otros dioses “¿Quién tendrá cargo de alumbrar al mundo?
Luego a estas palabras respondió un dios que se llamaba Tecuciztécatl y dijo: “Yo tomo el cargo de alumbrar al mundo”. Luego otro vez hablaron los dioses, y dijeron: “¿Quién será el otro?”
Luego se miraron los unos a los otros, y conferían quién sería el otro, y ninguno de ellos osaba ofrecerse a aquel oficio; todos temían y se excusaban.
Uno de los dioses de que no se hacía cuento pero buboso, no hablaba sino oído lo que los otros dioses decían, y los otros habláronle y dijéronle: “Sé tú el que alumbres, bubosito”. Y él de buena voluntad obedeció o lo que le mandaron y respondió: “En merced recibo lo que me habéis mandado, sea así”.
Y luego los dos comenzaron a hacer penitencia cuatro días, y luego encendieron fuego en el hogar, el cual era hecho en una peña que ahora llaman teotexcalli.
El dios Tecuciztécatl todo lo que ofrecía era precioso. En lugar de ramos ofrecía plumas ricas que se llamaban quetzcalli, y en lugar de pelotas de heno ofrecía pelotas de oro, y en lugar de espinas de maguey ofrecía espinas hechas de piedras preciosas, y en lugar de espinas ensangrentadas ofrecía espinas hechas de coral colorado; y el copal que ofrecía era muy bueno.
Y el buboso, que se llamaba Nanahuatzin, en lugar de ramos ofrecía cañas verdes atados de tres en tres, todos ellos llegaban a nueve; y ofrecía bolas de heno y espinas de maguey, y ensangrentábalas con su misma sangre; y en lugar de copal ofrecía las postillas de las bubas.
A cada uno de estos se les edificó una torre, como monte; en los mismos montes hicieron penitencia cuatro noches. Ahora se llaman estos montes Tzaqualli, (y) están ambos cabe el pueblo de San Juan que se llama Teotihuacan.
Después que se acabaron las cuatro noches de su penitencia, luego echaron por allí los ramos y todo lo demás con que hicieron penitencia.
Esto se hizo al fin, o al remate de su penitencia, cuando la noche siguiente o a la medianoche habían de comenzar o hacer sus oficios; antes un poco de la medianoche, diéronle sus aderezos al que se llamaba Tecuciztécatl; diéronle un plumaje llamado aztacómitl, y una chaqueta de lienzo; y al buboso que se llamaba Nanahuatzin tocáronle la cabeza con papel, que se llama amatzontli, y pusiéronle una estola de papel y un maxtli de papel; y llegada la medianoche, todos los dioses se pusieron en rededor del hogar que se llama teotexcalli: en este lugar ardió el fuego cuatro días.
Ordenáronse los dichos dioses en dos líneas, unos de la una parte del fuego y otros de la otra; y luego los dos sobredichos se pusieron delante del fuego, los coros hacia el fuego, en medio de las dos rencles de los dioses.
Los cuales todos estaban levantados, y luego hablaron los dioses y dijeron a Tecuciztécatl: “¡Ea pues, Tecuciztécatl, entro tú en el fuego”! Y él luego cometió pero echarse en el fuego; y como el fuego era grande y estaba muy encendido, como sintió el gran calor del fuego hubo miedo, y no osó echarse en el fuego y volvióse atrás.
Otra vez tornó para echarse en el fuego haciéndose fuerza, y Ilegando detúvase, no osó echarse en el fuego; cuatro veces probó, pero nunca se osó echar. Estaba puesto mandamiento que no probase más de cuatro veces.
De que hubo probado cuatro veces los dioses luego hablaron a Nanauatzin y dijéronle: ‘Ea pues, Nanahuatzin, prueba tú!” .
Y como le hubieron hablado los dioses, esforzóse y cerrando los ojos arremetió y echóse en el fuego, y luego comenzó a rechinar y respendar en el fuego, como quien se asa; y como vio Tecuciztécatl que se había echado en el fuego, y ardía, arremetió y echóse en el fuego.
Y dizque luego una águila entró en el fuego y también se quemó, y por eso tiene las plumas hoscas o negrestinas; a la postre entró un tigre y no se quemó, sino chamuscóse y por eso quedo manchado de negro y blanco.
De este lugar se tomó la costumbre de llamar a los hombres diestros en la guerra quauhtlacélotl y dicen primero quauhtli, porque el águila primero entró en el fuego; y dícese a la postre océlotl porque el tigre entró en el fuego a la postre del águila.
Después que ambos se hubieron arrojado en el fuego, y después que se hubieron quemado, luego los dioses se sentaron a esperar de qué parte vendría a salir el Nanahuatzin.
Después que estuvieron gran rato esperando, comenzóse a parar colorado el cielo y en todas partes apareció la luz del alba.
Y dicen que después de estos los dioses se hicieron de rodillas para esperar a dónde saldría Nanahuatzin hecho sol: a todas partes miraron volviéndose en rededor, mas nunca acertaron a pesar, ni a decir qué parte saldría; en ninguna cosa se determinaron; algunos pensaron que saldría de la parte del norte y pararónse a mirar hacia él; otros hacia mediodía; a todas partes sospecharon que había de salir, porque a todas partes había resplandor del alba; otros se pusieron a mirar hacia el oriente, y dijeron aquí, de esta parte, ha de salir el sol. El dicho de él fue verdadero.
Dicen que los que miraron hacia el oriente fueron Quetzalcóatl, que también se llama Ehécatl, y por otro nombre Anahuatlitecu y por otro nombre Tezcatlipoca el rojo; y otros que se llaman Mimixcoa, que son innumerables; y cuatro mujeres, la una se llama Tiacapan, la otra Teicu, la tercera Tlacoyehua, la cuarta Xocoyotl.
Y cuando vino a salir el sol, apareció muy colorado, parecía que se contoneaba de una parte a otra; nadie lo podía mirar, porque quitaba la vista de los ojos, resplandecía y echaba rayos de si, en gran manera; y sus rayos se derramaron por todas partes; y después salió la luna, en la misma parte del oriente, a par del sol: primero salió el sol y tras él salió la luna; por el orden que entraron en el fuego por el mismo salieron hechos sol y luna.

Fuente: Códice Florentino, libro VII, capítulo 2Códice Matritense de Real Palacio, folio 161 v y siguiente, Traducción Ángel María Garibay